martes, 15 de mayo de 2007

La Palma tiene que hacer marketing del palmero


Leo estos días en la prensa la aprobación del Plan Territorial de Ordenación de la actividad turística en la isla de La Palma. Siempre es interesante constatar el compromiso y respecto al aplicar conceptos como los de capacidad de carga alojativa, el carácter sostenible de las actuaciones turísticas a desarrollar, consideración especial del medio ambiente en la toma de decisiones y una cuidadosa gestión del medio natural y del territorio en un horizonte temporal de 2025. No es en absoluto una excepción en las autoridades de la isla a tenor de la protección del cielo, la reserva de la biosfera, la reserva marina y un largo etcétera de acciones encaminadas a preservar el entorno insular.

Sin embargo no solo es posible sino debe de ser necesario el equilibrio entre el desarrollo de un turismo vinculado al medio natural y a las actividades agropecuarias que son en mi opinión las que dotan de carácter y valor al palmero.

No estoy tan de acuerdo con el desarrollo del litoral por no tener mucho que ver con la idiosincrasia de la isla. Algunos ejemplos tenemos ya de infraestructuras turísticas que engalanan los acantilados de la costa sin contacto real con la fisonomía del terreno y si cercano a las necesidades de los grandes grupos touroperadores y sin embargo a mi juicio, alejado de las posibilidades reales de la creación de marca turística para la isla. En absoluto quiero cargar las tintas contra lo que ya existe, nada mas lejos de mi intención sin embargo, creo que las posibilidades de marketing de la isla deberían ir más por comunicar en esencia lo que la isla es: naturaleza, paisaje, gente, idiosincrasia, producto gastronómico,… que en reinventarse a si misma incorporando modelos externos de crecimiento que por otro lado son de dudosa rentabilidad a tenor de la evolución de los gustos de los turistas. Otro caso diferente es el del golf, al que dedicaré un post exclusivo a el.

En el post anterior comentaba abiertamente la necesidad de promocionar el producto turístico gastronómico como eje de comunicación pero es que además, ¿para que sirve el turismo si no es para que compren nuestros productos y los internacionalicen?. ¿No es este a caso el factor crítico de la promoción del vino y la paella en el mundo?.

El gran beneficiado tiene que ser el turismo rural como expresión de los intereses de la población rural. No solo es el consumo de vacaciones en medio rural sino que también debe necesariamente de configurarse como mostrador, expositor y dispensador de nuestros productos típicos. Hablo nuevamente de la artesanía, del mojo, del vino, de las mistelas, de los dulces, de las mieles, de la sal, del ron,…. Por ejemplo, existe una cooperativa de productos hortofrutícolas en Galicia que solo comercializa sus productos a través de la red de casas rurales de la zona. No los distribuye en tiendas, son ellos los que directamente los comercializan a través de ese cliente informado y motivado que reconoce los productos auténticos y con carácter, que cuentan historias de cómo se producen los buenos alimentos con el tesón y el sudor del agricultor. Este debe de ser el principio que prevalezca, el reconocimiento del esfuerzo del humano.

Mi experiencia como técnico de promoción de turismo rural que soy – entre otros productos- es que el valor más importante de comunicación se llama el humano, el carácter y la idiosincrasia. El urbanitas que decide consumir producto turístico en medio rural, se desplaza con una imagen más o menos definida en su subconsciente. Suele responder al acerbo cultural de sus ancestros. Están especialmente receptivos a lo autentico, a vivir experiencias y a rememorar historias del pasado. Conocer como se caminaban por los aminos reales, a experimentar como se hacen los quesos, a probar nuevos sabores, a conocer como los plátanos crecen en las fincas, como se extrae el agua e las galerías, el calabazo, … Además, quieren llevarse a un amigo en el corazón. Buscan la historia que contar el lunes cuando se incorporen a su puesto de trabajo. No tanto la aventura sino la historia de la aventura. Esto es lo que en definitiva resulta atractivo. Recordar, estamos en la era de la dream society.

Cuando organizo un viaje de prensa en mi trabajo enfocado a la promoción del turismo rural introduzco los factores ya descritos: arquitectura típica y la inteligencia del paisaje y el entorno; los humanos; la fauna domestica y la salvaje; los productos gastronómicos; las huertas y las producciones agrícolas; los quesos, aceites y los vinos; las tradiciones, ritos y leyendas; … Nada hay que más ilusión les haga, por muy profesionales que sean, que conocer a un artesano, que ver el proceso de cómo se hacen los quesos u otros productos,… La clave en este caso es la “interpretación del patrimonio” que tenemos. Un ejemplo del potencial de estos productos turísticos lo tenéis en el touroperador americano Heritage Tours.

En la misma línea y en cuanto a valorizar los oficios antiguos fijaros lo que está ocurriendo en el Mediterráneo con la configuración de la pesca como producto turístico. Existe un proyecto que cuenta con financiación europea, el proyecto SAGITAL, que persigue el desarrollo de actividades turísticas vinculadas a la pesca en el que participa el Cabildo de La Palma participa activamente. Se trata de que las actividades propias de la pesca, la preparación de los paños, el embarque, la pesquera, la gastronomía asociada, las tradiciones,… sean configuradas como producto turístico de primer orden. Yo he visto documentales de ejemplos similares en Grecia e Italia y cuenta con muchos adeptos. Los turistas se van encantados y como en el turismo rural, los pescadores obtienen unas rentas tan necesarias hoy con la caída de capturas en nuestras aguas. Además, no se pierden ni los oficios, ni las tradiciones, ni el carácter de las gentes y los pueblos. Un compañero de la Universidad Católica de Valencia está inmerso en un programa europeo de similares características y la aceptación es grande.

Estas y no otra deben de ser la estrategia a seguir, poner en valor al palmero, lo que es y lo que representa. Lo demás seguro que viene dado.

3 comentarios:

Edu William dijo...

hola juantxo,
cual es tu opinion de la aplicacion de un modelo basado en lo 2.0 para un territorio sensible como son las islas?
no crees que la netocracia es el sistema optimo para el desarrollo sostenible?

gracias

edu william

Todoque2030 dijo...

Hola Edu,

El modelo de desarrollo de un destino tan singular como el de La Palma sobre la base 2.0, entendiendo y desarrollando el concepto 2.0 en su totalidad, efectivamente es y debe ser no solo útil sino la propia clave del éxito de un destino insular singular. Opino que el propio principio de sostenibilidad exige transparencia y participación, desarrollo y motivación de la inteligencia social, y valorización de la cultura material e inmaterial como éxito del principio, y que a la vez tiene su principal aliada en la netocracia.

Ser dueños de nuestro futuro es una responsabilidad a ejercer, y que gracias a las herramientas web 2.0 y más allá a través de ejercer de netócratas, efectivamente es y debe ser la respuesta para este tipo de destino y aquellos productos, servicio o territorios sensibles al humano.

La pregunta ahora es como modular ese desarrollo netocrático y aún más, como tener las agallas para dejar a la netocracia actuar.

Gracias por tu pregunta. Un saludo,

Joantxo

Edu William dijo...

Joantxo, estoy totalmente de acuerdo contigo. de hecho es que en base a lo que has dicho es el proyecto teorico y practico que llevamos a cabo (vivo tres islas al este ;)).
Me alegra que estes de acuerdo en el emparejameinto entre 2.0 y sostenebilidad

saludos
edu