La gastronomía como estrategia turística: siete propuestas básicas para La Palma
La adhesión al plan será de forma voluntaria y la arquitectura de la misma constará de visitas de inspección desarrolladas por técnicos de la Consejería de Turismo que auditarán los establecimientos integrados en el proyecto valorando conceptos como cocina y pastelería, servicio de comedor y bares, gestión, limpieza e higiene y asesoramiento opcional en materia de decoración, confección de cartas, estudio de la oferta gastronómica, traducción de cartas a idiomas, etc.
Lejos de cuestionar la viabilidad de dichos planes, la promoción gastronómica debe contar con diferentes valores y políticas y sobre todo con presupuesto. Estás son mis siete propuestas básicas de desarrollo de la imágen gastronómica de La Palma:
1.- Hace falta coaching gastronómico: se deben formar a los profesionales, políticos y consumidores en la gastronomía. No en cocina, o en servicio turístico sino en lo que es CULTURA GASTRONÓMICA y a proteger el producto, la idiosincrasia, el territorio que lo soporta y lo más importante los humanos: agricultores, cocineros y cocineras, los útiles (molinos, atarjeas, lagares,…), el imaginario, las leyendas, los rituales,….
2.- Se debe fomentar el asociacionismo profesional y amateur. El profesional por que crea corporativismo entre los profesionales; genera lobbies de intereses gastronómicos que buscan su posicionamiento en la sociedad y en la política local; permite aumentar la calidad de la producción, armonizar las corrientes, formarse y formar, investigar nuevas técnicas de producir su arte culinario. El amateur por que permite al cliente gastronómico entrar en contacto con los profesionales, afinar el producto/servicio, reflexionar oferta y demanda en el mismo espacio, acercar el servicio turístico a la realidad del sector en plena vigencia como valor de la sociedad 2.0. En el País Vasco, en Cataluña, existen multitud de asociaciones profesionales y amateurs testigos de esta situación: ambos se enriquecen y elevan la notoriedad del producto.
3.- La competencia si es sana, resulta estimulante para el desarrollo del I+D+i de ahí la importancia de generar concursos gastronómicos, congresos de gastronomía, tertulias y conferencias, los viajes de familiarización, los intercambios “stages” entre profesionales.
4.- La estrategia es promocionar la cultura asociada con la gastronomía y no la comida o la gastronomía suelta. La gastronomía de la Palma es el devenir de la historia de sus sociedades, de los vínculos con la Península y con el occidental ultramar. De sus gentes y de los nuevos ciudadanos que siguen incorporando recetas, productos, tradiciones. Sin embargo lo que une todo ello es la cultura del comer, del disfrutar de la amistad, del mostrar nuestra riqueza. Este y no otra debe de ser la estrategia. Recuerdo con claridad cuando con mi abuelo viajábamos horas hasta Garafía a la molina de gofio apara recoger nuestra “mezcla” especial y el regreso a Los Llanos. Ese viaje gastronómico de descubrimiento para mí, lo tengo cincelado en mi memoria por ser una “experiencia” difícil de olvidar. El entorno, las carreteras, las gentes, el paisaje, los aromas de almendra, trigo, de paja, de laurisilva,… todo ello ha conformado en mi mente un recuerdo único. Cuando regreso cada verano, sigo haciendo el recorrido, y hoy se lo cuento a mi gente.
5.- Esta y no otra es la clave de la gastronomía: generar sueños, producir “experiencias” para el nuevo consumidor turístico del siglo XXI y La Palma está especialmente dotada de elementos, recursos y productos que comunicar a quien nos visita. El orgullo de tener lo que tenemos y como lo tenemos, debe llevarnos a comunicar con emoción los productos. Y en la sociedad del siglo XXI estar entrenados en herramientas de comunicación como el storytelling que nos permiten desarrollar la comunicación interpretativa que llega con acierto a los clientes.
6.- Desarrollar un plan de comunicación ambicioso, en el que se intercale la necesaria atención a los medios de comunicación generalistas y especialistas así como la necesaria presentación de nuestros productos de calidad en escenarios de calidad: Madrid Fusión, Lo Mejor de la Gastronomía en San Sebastián, el Salón de Gourmets, Cheese Slow Food, el Salón del Vino de Burdeux,… que genere reputación de nuestra gastronomía, de nuestros productos, y que como resultado que generen iconos. Como en el caso del mojo que hoy ya se copia en Andalucía y que lo denominan “mojo andaluz” aunque la wikipedia no se equivoca.
7.- Y por supuesto, conocer culturas, viajar por motivos gastronómicos, ampliar horizontes es importante para reconocer lo nuestro, como único.
¿No opináis lo mismo?.
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