viernes, 4 de mayo de 2007

Hablemos de gastronomía


La gastronomía representa hoy el claim más importante que tiene el turismo en el mundo hoy en día. Por la experiencia gastronómica, hay turistas que atraviesan el orbe buscando experiencias y sensaciones. Desean producto gastronómico original, sin contaminaciones, por eso desechan lo artificial (transgénicos o productos de producción extensiva). Buscando el producto natural viajan y consumen servicios turísticos. Se dejan seducir por la posibilidad de conocer los humanos detrás de gastronomía, por visitar el territorio que la sustenta, por mantener y disfrutar de las tradiciones y de la cultura material e inmaterial, por la artesanía que rodea la gastronomía. Este hecho hace que en todas las publicidades de los destinos turísticos que se precien hoy en día utilicen la gastronomía y que esta, haya cobrado especial relevancia a la hora de vender un destino.

La gastronomía aparece como una de las principales variables de búsqueda y muy repetida, en las estadísticas de visitas a la página web de promoción del turismo de España. En el caso del mercado turístico alemán, el más importante de nuestro turismo, el consumo más valorado por el turista es el gastronómico. La calidad la miden en términos de exquisitez, buen gusto y elaboración.

Hablar de gastronomía es hablar del vino de la Palma, singular por haber evitado la filoxera. Es loar el sin igual queso artesano de la Palma, a mi juicio sin igual . Es dejarse seducir por los aromas, los colores y las texturas de los mercados de huerta y su mestizaje de productos. También es conocer la calidad de su producto estrella, el plátano. Conocer la historia del puro palmero. La singular singladura del último trapiche de ron de caña de azúcar existente en la isla y uno de los dos últimos de España, Ron la Aldea. De la singular papa para arrugar y sus variedades, del acompañamiento del rico mojo, tanto el de pimienta roja como el de la verde. Es saborear el cochino negro y el vacuno de la isla, ese gran desconocido cuya carne es aderezada por los pastos de la isla. Es dejarse embelesar por la miel y la almendra, por las castañas, por la repostería y sus estrellas como el bienmesabe y el príncipe Alberto o por el buen hacer de las tahonas. Por mi compañero infatigable que es el gofio y las molinas y molinos aún existentes. O de productos tan singulares como la recién anunciada elaboración de la flor de sal de las salinas de Fuencaliente. Pero también es hablar de las bodegas, de las fiestas de la vendimia, de la artesanía relacionada,…

Hace pocos días estuve trabajando con uno de los creadores de opinión más reconocidos del mercado turístico americano, colaborador habitual del ICEX e indispensable puntal de referencia de comunicación y venta de la gastronomía y del vino de nuestro país. Prescriptor de gastronomía, vinos y estilo de vida. Ya hace más de cuatro años que trabajamos con él a la hora de crear producto gastronómico atractivo para el nuevo turismo. Siempre me apunta lo siguiente: estilo de vida, la forma de ser del español, territorio, producto gastronómico, singularidad, autenticidad, tradición, el humano detrás de la gastronomía es la clave. Y la Isla de La Palma reúne todas las condiciones para convertirse en un destino gastronómico único, por conservar casi intactos los recursos antes mencionados.
En el año 2004 en Dinamarca, los huevos puestos por las gallinas camperas que viven en libertad copan el 50% del mercado de la alimentación. Los consumidores no desean que las gallinas vivan en pequeñas jaulas, torturadas por luces 24 horas; las quieren libres en el campo y bajo el cielo azul. Los consumidores desean los llamados “retroproductos”. Desean la tecnología y los métodos de crecimiento que nuestros ancestros aplicaban a la producción de huevos. Por supuesto el huevo es más caro, pero están dispuestos a pagar 15 a 20 % más por la “historia” de la ética aplicada a la alimentación, del romanticismo del campo. Nada sabe como en los viejos tiempos !. ¿Qué ha ocurrido para que el consumidor compre los huevos que “cuentan” la mejor historia?. Rolf Jensen. The Dream Society.


Especial relevancia tendrá en este blog la gastronomía como producto turístico. Iré desgranando los factores clave a la hora de organizar, desarrollar y promocionar un producto turístico basado en la gastronomía en la que el productor, el artesano, el empresario turístico, la cultura, el territorio y la sociedad deben verse beneficiados por las rentas turísticas. Hablaremos de los prescriptotes, de los consumidores/turistas; de las figuras de protección como las denominaciones de origen o las IGPs; las principales estrategias de promoción del producto; de cómo se crea una imagen gastronómica de un destino, como promocionarla y en que foros. De las técnicas de interpretación de generación de valor añadido: las historias. De como tratar a los prescriptotes. Pero sobre todo de los productos que a mi juicio deberían ser claves a la hora de la promoción gastronómica, y por extensión del turismo de la isla. Haré mucho hincapié de cómo la gastronomía puede tirar de la oferta complementaria, el comercio, la restauración, la hotelería y las casas rurales.

Se aceptan sugerencias y comentarios.

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